LOGOPEDIA EN EL DAÑO CEREBRAL

Cada vez, está más presente en nuestras vidas la palabra ICTUS. Y es que los ICTUS o Accidentes Cerebro-Vasculares (ACV) constituyen una de las causas más frecuentes de las alteraciones neurológicas en el adulto.

Esta enfermedad hace referencia a cualquier alteración en el funcionamiento cerebral originada en alguno de los vasos sanguíneos. La forma de presentación de los ACVs es bastante característica. Producen de manera repentina un déficit neurológico en una zona determinada y se refleja principalmente en la movilidad y sensibilidad de un lado del cuerpo y en el lenguaje o habla.

Concretamente, esta alteración del lenguaje se define como afasia, y está presente en la mayoría de los pacientes que han sufrido un ictus. En estos casos, se aprecian dificultades, por parte de los pacientes, para utilizar el lenguaje como habían hecho hasta ahora.

Por un lado, pueden tener un lenguaje expresivo no fluido, pobremente articulado, compuesto por expresiones cortas y producidas con gran esfuerzo. En este caso, se trataría de una afasia de Broca, denominada así por la zona donde se ha producido la lesión. Algunos de los errores típicos en pacientes con afasia de Broca serían simplificar sílabas (tes por tres), sustitución de fonemas (teda por seda) o excluir los verbos de su lenguaje (perro jardín por Los perros están en el jardín). Sin embargo, el nivel comprensivo del lenguaje es siempre superior a la producción verbal.

Por otro lado, hay pacientes con una fluidez normal en cuanto al lenguaje expresivo, pero puede llegar a ser excesiva, donde incluye palabras no significativas en relación al contexto. Sustituyen unas palabras por otras e incluso emplean neologismos (palabras inventadas). Además, cuando no logran nombrar lo que precisan, utilizan circunloquios o “rodeos explicativos”. Por ejemplo: “Fui a dar un paseo en … el …. de dos ruedas” (bicicleta). En cambio, las principales alteraciones se presentan en la comprensión del lenguaje. Este tipo de afasia se conoce con el nombre de afasia de Wernicke.

Por todo esto, es muy importante tener en cuenta dichas alteraciones del lenguaje de los pacientes que han sufrido un ictus. Con un tratamiento logopédico adecuado y adaptado al paciente se podrá recuperar, en la manera de lo posible, las funciones del lenguaje perdidas o complementarlas de otra forma y, conseguir así una comunicación funcional.

ANA Logopeda de AyC